domingo, 29 de enero de 2017

Superar el Divorcio, las Claves I

Atravesando un divorcio experimentamos un proceso intenso, con varias implicancias, psicológicas y legales. En esta nota compartimos algunos puntos sobre los que son conveniente detenerse, conocer y reflexionar.

Por Paola Arcaná, 28 de Enero de 2017 .
¿Cuándo empezó? ¿Cómo llegamos acá? ¿De qué manera se atraviesa?
Las respuestas son variadas y diferentes es cada historia. Pero hay un punto de partida en común, donde todas las historias se encuentran y es el matrimonio. Esta celebración es un rito que cambia nuestras vidas, nos comprometemos a un proyecto en común, construimos expectativas, proyectamos nuestra vida y además realizamos actos que tienen efectos jurídicos, entre otras cosas.
Por esto es que el divorcio, mas allá de la causa, los motivos y la trama en que se fue tejiendo en cada caso, que va a ser tan variado y diverso como lo somos cada uno de nosotros, tiene un hilo común que atraviesa y es justamente ser el mensajero de que esos compromisos y sueños ya no van a suceder de acuerdo al plan inicial, que aquellos pilares sobre los que construimos ciertos proyectos de vida se modifican, y además también es un acto jurídico que produce efectos legales y patrimoniales.
Ayuda conocer y reflexionar sobre aspectos relacionales, emocionales, legales y económicos para contar con herramientas que nos permitan hacer de este momento un proceso que sume crecimiento a nuestra vida y no un episodio traumático del que salimos muy dañados emocional y/o económicamente hablando.
Así pues, que el divorcio se transforme en una lucha de poder en la que tu ex pasa a ser tu enemigo intimo, depende de la manera en que decidimos atravesarlo y las reacciones que tenemos frente a él. 
 Existe la posibilidad de que el divorcio sea un espejo en que puedo descubrirme en aspectos más profundos, conocer ámbitos de mi ser antes inexplorados y transformarme tanto como reafirmarme en algunas facetas de mi personalidad.
Podríamos considerar 3 momentos claves: 
1- Crisis de pareja: en esta etapa es cuando el divorcio es visto , por uno o ambos, como una solución a la crisis que vienen atravesando con la pareja, entonces implica tomar la decisión de divorciarnos. En algunos casos hay acuerdo sobre la decisión y en otros no. Siempre es conveniente que la misma surja de un acuerdo generado a través de un proceso de diálogo. 
De no ser esto factible, es posible demandar legalmente el divorcio aún cuando la otra parte no quiera hacerlo
2- Reorganización familiar: El divorcio generalmente viene precedido de un lapso anterior de separación de hecho entre los cónyuges, momento a partir del que comenzó este proceso de reorganización y se vienen intentado maneras de funcionamiento transitorias, de tipo prueba y error, hasta ir encontrando aquella que se acomoda a los intereses de cada familia
Sin embargo una vez decidido el divorcio e iniciado los tramites pertinentes estamos transitando otra etapa del proceso, pues a veces la separación de hecho puede ser una situación transitoria de la que puede devenir una reconciliación de la pareja, en algunos casos.

 En definitiva atravesar un proceso de divorcio implica un duelo y como todo duelo tiene etapas marcadas por hitos, entonces aún cuando sentimos que tenemos resuelta la primera etapa y la separación, lo es seguramente en un nivel, pero en otro nivel de profundidad tenemos que seguir asimilando este cambio en nuestra vida. 

Por eso es fundamental en esta etapa promover el diálogo, optar por mecanismos como la mediación para resolver todos los aspectos: la decisión de divorciarse; las cuestiones patrimoniales derivadas de la liquidación de la sociedad conyugal y si hay chicos menores de edad, las cuestiones de alimentos, cuidado parental y régimen de contacto. 
Es fundamental respetar los tiempos internos y emocionales de cada uno para ir asimilando estos cambios; y siempre estar abiertos a intentar dialogar, aún cuando al principio no fue posible. Aún cuando ya hubo que iniciar una demanda de divorcio, no importa que estemos casi a la mitad del juicio, siempre que exista una mínima posibilidad de dialogo hay que aprovecharla y retomarlo.

Es la mejor manera de construir estos nuevos cimientos sobre los que se asentará la familia, cuando existen hijos en común; y cuando se trata de parejas sin hijos, es la mejor manera de construir de este episodio de mi vida, un momento de crecimiento, que me prepara para la nueva etapa que comienzo.

3- Nuevo ciclo post- divorcio: comenzamos a experimentar cosas nuevas, que depende de cada caso y sus particularidades, si hay hijos o no. Damos los 1ºs pasos en esta etapa en la que comencemos a descubrirnos y nos lleva un tiempo asentarnos en los cambios que hemos generado durante este proceso.
Son muchos los temas que surgen a raíz de un divorcio y que debemos considerar, la gama es tan amplia como casos hay, sin embargo quiero compartir 2 cuestiones que son básicas y genéricas, que atraviesan todos los casos y es información útil que te puede ayudar si estas atravesado por esta situación, y tienen que ver con aspectos psicológicos y legales. 
Lo 1º que tenemos que considerar es que se trata de una Crisis; es una situación que nos impulsa a transformarnos, nos exige hacer cambios; y eso es algo que nos cuesta mucho, que nos genera una enorme tensión, un conflicto interno entre fuerzas opuestas: el impulso de avanzar y la tendencia a mantenernos en el status quo. Aparecen las resistencias, nos invade el miedo y de ahí se derivan las inseguridades, el dolor, la culpa, la tristeza, la ira; emergen los mecanismos de defensa, las confusiones y entramos en una montaña rusa: días que creemos que tenemos todo claro seguido de momentos que todo se vuelve caótico y quema el pecho; en fin la lista es larga y diferente en cada historia.
Las crisis vienen a decirnos que la manera en como venimos haciendo las cosas ya no funciona. Que lo que antes era de una forma determinada y producía determinado efecto, ya no lo hace. Que aquello que antes me gustaba ya no me gusta. Que eso que creía que era de una manera ahora veo que no es así, sino que es diferente.
Por eso el 1º paso para aprovechar una crisis es animarnos a cuestionar esas creencias a las que le damos el carácter de verdades inmutables, certezas absolutas y eternas; revisar el repertorio de estrategias aprendidas para relacionarnos y las maneras que tenemos para enfrentar desacuerdos o divergencias.

 Se hace necesario desaprender "eso" que venimos repitiendo pero ya no funciona. Parar el piloto automático y reflexionar acerca de quiénes somos y hacia dónde vamos.

En estos momentos resulta más útil preguntarnos antes que afirmar. Cuestionarnos nos da mas libertad para elegir entre todas esas creencias y repertorios qué se queda conmigo, qué se va y cuáles son las novedades que permito dejar entrar en mi mundo. Así me reconstruyo de nuevo, y como resultado de este proceso crecemos y nos vamos transformando.
El miedo es una pieza clave que tenemos que aprender a manejar. En el proceso de desaprender para aprender cosas nuevas, de soltar viejos hábitos y creencias para construir otros nuevos, hay un tiempo de vacío, de no saber, de incertidumbre; en ese preciso momento aparece el miedo. 
Aquí es donde pasa esto que tanto se habla de animarse a salir de la zona de confort, o sea animarse a cuestionar y abandonar creencias con esa sensación de saltar al vacío de lo incierto, hasta que después cuando por fin soltamos, aparece esa nueva mirada, creencia o manera que estaba empujando por salir a la superficie. 
Cuando atravesamos el miedo se hace mas fácil aceptar, lo que nosotros necesitamos y lo que el otro necesita; el panorama se vuelve más claro y dinámico, se torna posible conversar acerca de la decisión de divorciarse, 1º y de la manera en cómo vamos a hacerlo después. 
Aunque parezca una idea alocada, podemos divorciarnos con amor, es decir con un profundo sentido de respeto y cuidado hacia uno mismo y hacia la otra persona; en todos los casos, aun más cuando tenemos hijos en común.

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